Tendencias Moda 2022

Tendencias de primavera-verano 2022: ¿Qué vestiremos la próxima temporada?


El estampado de rayas (verticales)


Es cierto que el estampado de rayas horizontales o incluso marineras es un clásico tan atemporal que una camiseta o un jersey así suele aparecer en la lista de prendas de un armario cápsula. Su carga primaveral es ineludible, pero eso es precisamente lo que podría haber llevado a distintas firmas a reinventarlo cambiando la dirección de las líneas. Una de las primeras muestras y pistas de que el print de rayas verticales apunta a masivo está en Carolina Herrera New York, cuya colección festiva incluye varios vestidos en blanco y negro (ojo, porque es otra tendencia) que de manera un tanto inevitable referencia a un Beetlejuice hipersofisticado. A la icónica casa se le suman Marni o Victoria Beckham con un conjunto de dos piezas relajado, pero también JW Anderson, que escoge el lavanda, o Jil Sander, que elige el melocotón. Además, se pueden rastrear en Altuzarra, Emporio Armani, Preen by Thornton Bregazzi, Roksanda, Givenchy, Schiaparelli, Courrèges, Balmain, Isabel Marant…




El combo vestido + pantalones


Este es un recurso muy, pero que muy popular entre el street style desde hace años: crea un estilismo efectista en cuestión de segundos y, además, permite descontextualizar vestidos que, en otro momento quedarían relegados al plano de las ocasiones (muy) especiales. Se ve especialmente bien en la combinación del slip dress y vaqueros de Louis Vuitton, así como en el look de tul y denim de Toga, además de en la satinada de Isabel Marant o en la colorista de Collina Strada. La cuestión está en que esta combinación se ha extendido tanto que empiezan a surgir otras interpretaciones más minimalistas con vestidos camiseros, como la de Peter Do o Missoni, y con vestidos cortos, como en Fashion East o Giorgio Armani.




Las minifaldas

Si hubiese que elegir una prenda que defina el verano de 2022, esa sería la minifalda en su versión más pura. Es decir, corta, muy corta, en un alegato de diversión y hedonismo que reivindica el placer de vestirse y de mostrar el cuerpo como se quiere y cuando se quiere (algo muy ligado, además, a las transparencias). La lista de las firmas que han incluido una es tremendamente larga, pero destaca especialmente Prada, ya que entre las creaciones de Miuccia para la casa no suelen abundar. Sin embargo, en esta ocasión se hicieron con parte del protagonismo de un desfile simultáneo y sexy. Una sensación que, no tan curiosamente, también está en Miu Miu, otra de las firmas que más y mejor ha alardeado de medidas cortas. Extremas, en este caso, ya que la cinturilla se coloca a la cadera, en un recordatorio de esas faldas-cinturones de los 2000 que tantas celebridades pop llevaron sin parar en casi cualquier tejido. Puede que no sean el patrón más cómodo del mundo, pero el impacto visual que han causado hace probable que se cuelen en otras marcas más accesibles, algo que también puede pasar con las de Blumarine (de nuevo, con talle bajo), Balmain, que lo mueve para crear un efecto que estilice la figura, o Loewe, que recurre a la asimetría para añadir contraste a un jersey mullido.



De todas las faldas que se proponen de cara a las tendencias de primavera-verano, este es un modelo en particular que triunfa sobre los demás y que está llamado a convertirse en tendencia absoluta. Hablamos de la falda boho, una prenda que vuelve de la mano de la nostalgia por los años 70.


Los blazers XL


O directamente boxy blazers. Sea cual sea el nombre empleado, lo importante para la próxima temporada es volver a los patrones amplios de hombreras marcadas y generosas, en una nueva revisita de la sastrería como símbolo de optimismo y también de una nueva manera de entender el empoderamiento. En Balenciaga se encuentra uno de los ejemplos más generosos en cuestión de medidas (aunque el look consiste en únicamente la chaqueta con unas botas infinitas), pero tampoco hay que obviar el de Versace, más ajustado a la cintura, o el de Lanvin, ya que ambas firmas proponen que el blazer se utilice como vestido, algo que también sucede en Saint Laurent y Dolce & Gabbana. En Jil Sander o Proenza Schouler hay ejemplos de trajes más canónicos, como también sucede en Lemaire, Peter Do o The Row, pero no debe perderse de vista las propuestas de combinación con minifalda de Prada, uno de los desfiles más sonados de la temporada.




Las flores


Pensar en flores en primavera y no retrotraerse al desprecio de la cinematográfica Miranda Priestly en El diablo se viste de Prada (2006) es difícil para quienes hayan visto la película. Pero la opinión de que la obviedad no merece ser tenida en cuenta se pone en entredicho, al menos según los directores creativos. Porque para la próxima temporada hay muchas flores entre las propuestas de las casas de lujo; flores de todo tipo que se asoman sin vergüenza en vestidos (quizás la apuesta más obvia) pero también en abrigos, zapatos o monos, piezas menos evidentes. Dolce & Gabbana las encara desde la sensualidad, mientras que Lanvin desde la delicadeza epatante de los tirantes finos y las faldas voluminosas. Por su parte, Erdem realiza una aproximación más romántica que lleva incluso a sus tocados y sombreros, mientras que Richard Quinn vuelve a incidir en uno de sus looks más identificativos y clave. Marni las interpreta de una manera más gráfica, como también hace Giorgio Armani. Las hay muy, muy pequeñas, como en Molly Goddard, Collina Strada o Simone Rocha, o ligeramente deconstruidas, como en Giambattista Valli. Corolario: cualquier dibujo y tipo vale. Al fin y al cabo, son looks de primavera.




Las transparencias


¿Qué sería de una temporada de verano sin tejidos que dejen ver el cuerpo, sean cuales sean? Como con el blanco o con las flores, la asociación de las transparencias con el buen tiempo y la exposición del cuerpo es directa y conocida, motivo por el cual, quizás, los diseñadores han querido incidir en ella (lo dicho: recorrer territorios comunes y conocidos que aportan seguridad y bienestar). De hecho, precisamente con flores se mezcla en los vestidos de JW Anderson y Valentino, así como con en la falda larga de Giambattista Valli, haciendo que la delicadeza de ambos elementos se sublime. Sin embargo, es en su versión más lisa (tanto en tonos neutros como llamativos) la que triunfa entre las colecciones: están las camisas de Rejina Pyo, Etro, Erdem, Emporio Armani, Emilio Pucci o Dior; los vestidos de Balmain, Blumarine, Molly Goddard o Chloé y las apuestas más arriesgadas de Givenchy o Fashion East, donde la tela adquiere un aspecto acuoso. ¿La mención especial? Schiaparelli, gracias a un estilismo que trae de vuelta la sensualidad propia de las imágenes de Helmut Newton.




Los colores pastel


No constituyen la única gama cromática que estará presente la próxima primavera-verano 2022, pero sí es una que merece la pena destacar, especialmente en lo que respecta al lila y el verde empolvado. Esos dos colores, junto a un amarillo suave y una buena cantidad de rosa claro, han salpicado multitud de desfiles presentados en septiembre, jugando a las relaciones evidentes, como en Moschino o Jil Sander (dos looks con una gran carga naíf) pero también al contraste de contrarios, como en Fendi y un estilismo más ajustado y agresivo. En ese polo también se puede identificar a Givenchy y un look experimental, pero ganan la partida los del primer equipo, también compuesto por Rodarte o Loewe. ¿Otro tono a tener en cuenta? El azul claro.








Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Qué es una red Informática?

Tipología de redes informáticas AGUSTINA CAMPOS

ANTIVIRUS